martes, 1 de abril de 2014

Abajo los pijofluatas:


El movimiento hippie siempre ha albergando, en iguales cantidades, dosis insalubres de amor a la humanidad, drogas y dinero de los padres.
En similar medida ha carecido de jabón, racionalidad y autocrítica. 


Esta reflexión, mordaz y descarada, propia de una escritora llena de inquina (que a sus 27 años continúa –sin trabajo- viviendo con sus padres, que no se ha duchado en tres días y se dispone a llevar a cabo una ingesta desaconsejable de barbitúricos) no va dirigida a la comunidad hippie al completo, la cual, al igual que ocurre con la iglesia, contará con algunos miembros (pocos) capaces de no darse por aludidos ante una crítica al genérico.

No obstante, famosos y destacados pijoflautas merecen una mención de honor en este escrito. En concreto, mi odio visceral se cebará en este caso con dos.

En el segundo puesto de los pijoflautas más chuflas de la historia:

2) MACACO:

Este fornido y atractivo “muchachuelo” se “moving” por la vida (-Maravillosamente hilado por tu parte, Lorena. – Gracias. Lo sé) emanando a cada paso el desinterés monetario, el ideal de un mundo igualitario y el amor por las camisetas sin mangas.

Todo correcto y creíble hasta -aquí pinchaste Macaco y lo sabes- decidió poner su imagen e incluso una de sus más célebres canciones para una conocida marca de cuchillas de afeitar.

Tal vez, lo hizo a cambio de que los niños desfavorecidos pudieran afeitarse desde aquel día pero, y perdón por mi descreída visión del mundo, creo que el capitalismo alcanzó a nuestro amigo por muy rápido que él intentara “moving-erse”. (-Forzadísimo. –Lo sé. Antes me vine arriba…).


Pero si hay un pijoflauta que manifiesta flagrante y sin ningún tipo de pudor su irónico posicionamiento antes la vida, ese es:

  1)      JOHNNY DEPP:

A pesar de que su extravagancia (algo que no sólo no critico sino que celebro) y perfectamente estudiada “desaliñez” le hagan parecer el más original de originales, la verdad es que este maravilloso actor (sin ironía) lleva a cabo la misma maniobra de despiste que muchos de los hippies habituales.

Véase, elegir como atuendo diversas capas de ropa que, en un primer momento, puede parecer roñosa pero que, tras un análisis exhaustivo te lleva a dilucidar que sobre ese cuerpo bien provisto, muy probablemente, de bello corporal, hay un presupuesto mayor que el que gasto yo en comida cada mes. 


Así, podemos observar como Johnny acompaña a Eddie Vedder (otro que tal baila) mientras cantan “Society”, la cual dice: “Oh, es un misterio para mi  que codiciemos, con lo que hemos aceptado. Y tú crees que tienes que querer más de lo que necesitas… Hasta que lo tengas todo, no serás libre. Sociedad, eres una raza loca. Espero que no estés solitaria, sin mi”. 

¿Sin ti, Johnny?
¿Sin ti?
¡Ay!, ¡Truhán! 





2 comentarios:

  1. Recuerdo una concluyente afirmación de una pijiperrofláutica italiana en mi etapa universitaria granadina: "El dinero no es un problema". Esta frase fue pronunciada por la neohippie para intentar persuadir a los presentes de que la acompañaramos a Portugal a un festival de música al aire libre. ¡Claro que no es un problema cuando vas al WC y defecas billetes de 50€ (entorno a las 8.000 pesetas para los nostálgicos)

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  2. Más de un espécimen de las mucho pulgadas pantallas padece el mismo virus.
    Me inquieta el uso que has hecho al inicio del gerundio: "El movimiento hippie siempre ha albergando...". ¿Se coló la ene? ¿Fue un dancing words?
    Saludos.

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