Cual enfermo de Diógenes, en este blog también me dispongo a agrupar y concentrar todas mis mierdas en un espacio cerrado, que tengo la deferencia de compartir con el mundo.
lunes, 13 de octubre de 2014
miércoles, 9 de julio de 2014
Los cinco mandamientos de una buena dependienta en “Rebajas. La historia real”
1º)
Nunca mirarás a las clientas a la cara:
Al
contrario que cualquier otro vendedor del mundo, la dependienta de
“Inditex” deberá evitar el contacto visual a toda costa.
El más leve roce “pupilar” entre clienta y dependienta
haría presuponer, a la primera, un interés por parte de
la segunda, completamente inexistente.
La
famosa técnica Hellen Keller, consistente en perder las
capacidades visuales y auditivas -en este caso de manera voluntaria-,
en un punto indefinido del horizonte, es de las más
utilizadas.
En
el último momento, cuando cualquier esperanza de interpelación
se haya perdido, la dependienta despertará vocalmente de su
letargo (ya que sus ojos se mantendrán cultivando una vida
interior igualmente inesperada) para ofrecer la respuesta que, por
defecto, se le ha adiestrado para proporcionar: “Lo que hay es lo
que está fuera”.
Su
intención jamás será hacer bien su trabajo, ya
que esta especie de dependientas consideran que atenderte no forma
parte de su labor sino que es un favor personal que te hacen, no sin
perder la oportunidad de demostrar la molestia que dicho acto gentil
les supone.
El
verdadero milagro de Anne Sullivan fue, aunque los libros de
historia lo oculten, que una dependienta de “Zara” tratara con
amabilidad a todo el mundo y hacerla comprender que, a pesar de la
confirmación de “niña mona” que se adquiere con un
puesto como éste, la verdad es que es un trabajo de mierda y
del que te echarán cuando cumplas 30 años.
2º)
Jamás buscarás nada de lo que te pidan:
El
trabajo de dependienta, ironías aperte, y más en
rebajas, es muy estresante.
Recoger
las mil prendas esparcidas por todas partes, que las clientas
desconsideradas vamos abandonando a su suerte, cual niño
imperfecto en la antigua Esparta, deja poco tiempo para otras
tareas (minipunto y punto para el equipo de las dependientas).
Por
eso, no es de extrañar que cualquiera de las dudas sobre
tallas, colores o modelos que suponga tu adentramiento en la selva
consumista de las rebajas, no pueda ser resuelta por la pobre
muchacha cuya jornada laboral se está centrando en nadar entre
los retales de nuestras descatalogaciones.
Y
ésto es tan cierto como que los walkie talkies que usan para
preguntarle a la dependienta fea, que esconden en el almacén y
a la que alimentan de cabezas de pescado (ADVERTENCIA: Visión
personal, sin pruebas que avalen dicha teoría, como las
noticias de Intereconomía), en rebajas es menos utilizado que
las 20 utilidades que te mostraron en el anuncio y por las que te
compraste tu iPhone.
3º)
“Cariño”, la coletilla de la exótica “dependienta
amable” :
Cuenta
la leyenda que en un lugar recóndito del mundo, del que jamás
ha vuelto ningún expedicionario que se haya atrevido a
buscarlo, se cultiva una extraña variedad de “dependienta
amable”. Según cuentan los sabios, es el propio Amancio
Ortega el que se encarga de recolectarlas cuando están maduras
y que, cada año, no hay más de 20 en todo el mundo.
Cual
huevo de Fabergé, pocos son los afortunados que alguna vez han
tenido el privilegio de contemplarlas y, narran; su trato cordial, su
disposición a colaborar con tu compra e, incluso, su atisbo de
sonrisa, en los casos más extremos, agrada y sorprende tanto
como su uso incesante del apelativo “cariño” al final de
cada frase.
4º)
Siempre hablarás con tu compañera mientras estés
cobrando:
El
esfuerzo por no confundir al cliente con la más ínfima
posibilidad de empatía, debe ser constante. Por ello, dicha
actitud debe ser cultivada con escrupulosa minusiocidad hasta el
último momento.
Durante
el proceso que dure la transacción económica
(parsimoniosa eliminación de alarmas a las prendas, incluida),
tu desdén hacia la clienta debe estar siempre de manifiesto.
Sé
que es complicado pero jamás, repito, jamás, se debe
caer en conversaciones triviales, por muy mal que esté el
tiempo ese día ni lo muy “interesante” que haya sido hoy
“Mujeres, hombres y viceversa”.
De
ser incapaz de evitar la irremediable necesidad de una charla
insustancial, se le recomienda acompañarse de una compañera
con la que ignorará, de manera conjunta, a la persona en
cuestión.
5º)
Si no tienes un compañero gay esteriotipado, ni eres
dependienta ni eres nada.
El
mundo de la moda a baja escala es como Telecinco, siempre debe
existir un gay; caricatura de sí mismo que enerve y ofenda con
su actitud desfasada a su propio colectivo.
Cual
irónica manifestación del universo femenino, el
machismo al que puede llegar el mundo, de manera natural es tal, que
la suprema representación de la “dependienta malage” es un
hombre.
Éste
debe ser lo suficientemente guapo como para que las clientas sientan
la necesidad arrolladora de que él las atienda, a pesar de su
más que evidente tendencia sexual, y lo suficientemente
desagradable en el trato cara al público como el puesto
requiere (creo que está así indicado en las ofertas de
trabajo del nombrado grupo empresarial).
P.D:
Ni hago referencia a todas las dependientas ni, por supuesto, a todos
los gays. Mis relatos siempre son críticas mordaces, irónicas
y tan desagradables como cualquier dependienta en rebajas, en este
caso, resultado de la envidia que me corroe, al no ser contratada
como tal por tener el culo demasiado grande o, como dice mi madre,
por ser de cadera ancha.
viernes, 16 de mayo de 2014
EXCLUSIVA: Los comentarios de Conchita Wurst durante las nominaciones de Eurovisión
Hemos tardado un poco pero “Hortera de ciudad” lo ha
conseguido. Tenemos, en exclusiva, los comentarios de la última ganadora de
Eurovisión, en el momento de más tensión del festival, las inesperadas e
impredecibles nominaciones.
martes, 1 de abril de 2014
Abajo los pijofluatas:
El movimiento hippie siempre ha albergando, en iguales
cantidades, dosis insalubres de amor a la humanidad, drogas y dinero de los
padres.
En similar medida ha carecido de jabón, racionalidad y
autocrítica.
Esta reflexión, mordaz y descarada, propia de una escritora
llena de inquina (que a sus 27 años continúa –sin trabajo- viviendo con sus
padres, que no se ha duchado en tres días y se dispone a llevar a cabo una
ingesta desaconsejable de barbitúricos) no va dirigida a la comunidad hippie al
completo, la cual, al igual que ocurre con la iglesia, contará con algunos miembros
(pocos) capaces de no darse por aludidos ante una crítica al genérico.
No obstante, famosos y destacados pijoflautas merecen una
mención de honor en este escrito. En concreto, mi odio visceral se cebará en
este caso con dos.
En el segundo puesto de los pijoflautas más chuflas de la
historia:
2) MACACO:
Este fornido y atractivo “muchachuelo” se “moving” por la
vida (-Maravillosamente hilado por tu parte, Lorena. – Gracias. Lo sé) emanando
a cada paso el desinterés monetario, el ideal de un mundo igualitario y el amor
por las camisetas sin mangas.
Todo correcto y creíble hasta -aquí pinchaste Macaco y lo
sabes- decidió poner su imagen e incluso una de sus más célebres canciones para
una conocida marca de cuchillas de afeitar.
Tal vez, lo hizo a cambio de que los niños desfavorecidos
pudieran afeitarse desde aquel día pero, y perdón por mi descreída visión del
mundo, creo que el capitalismo alcanzó a nuestro amigo por muy rápido que él
intentara “moving-erse”. (-Forzadísimo. –Lo sé. Antes me vine arriba…).
Pero si hay un pijoflauta que
manifiesta flagrante y sin ningún tipo de pudor su irónico posicionamiento
antes la vida, ese es:
1)
JOHNNY
DEPP:
A pesar de que su extravagancia (algo que no sólo no critico
sino que celebro) y perfectamente estudiada “desaliñez” le hagan parecer el más
original de originales, la verdad es que este maravilloso actor (sin ironía)
lleva a cabo la misma maniobra de despiste que muchos de los hippies
habituales.
Véase, elegir como atuendo diversas capas de ropa que, en un
primer momento, puede parecer roñosa pero que, tras un análisis exhaustivo te
lleva a dilucidar que sobre ese cuerpo bien provisto, muy probablemente, de
bello corporal, hay un presupuesto mayor que el que gasto yo en comida cada
mes.
Así, podemos observar como Johnny acompaña a Eddie Vedder
(otro que tal baila) mientras cantan “Society”, la cual dice: “Oh, es un misterio para mi que codiciemos, con lo que hemos aceptado. Y
tú crees que tienes que querer más de lo que necesitas… Hasta que lo tengas
todo, no serás libre. Sociedad, eres una raza loca. Espero que no estés
solitaria, sin mi”.
¿Sin ti, Johnny?
¿Sin ti?
¡Ay!, ¡Truhán!
jueves, 27 de marzo de 2014
300 El origen de un imperio . Artemisia: “¿Qué me llevo pá la guerra?”
300 El origen de un imperio
Artemisia: “¿Qué me llevo pá la guerra?”
Teléfono…
Artemisia: ¿Mari?
Mari: Sí. ¿Quién es?
A: Cari, escucha. Que me voy pá la guerra.
M: ¿Otra vez? Chiquilla, de verdad. ¡Qué trabajo el tuyo! ¡Te
tienen explotá! ¿No te cogías ahora las vacaciones?
A: Está la cosa “mú” mala, Mari. A ver quién le dice a Xerxes que
no.
Bueno, a lo que voy. ¿Qué me llevo? Es que
“ma cogío” el entretiempo y estoy que no sé, vamos.
M: Ya, ya… Es normal, sí.
Llévateee… ¡Ay! El vestido dorado tuyo,
así que te hace un pecho monísimo…
A: ¡Si voy a la guerra, Mari! No estoy yo cómoda con esa ropa ni
“ná”.
M: ¡Qué sí! ¡Y ese del cuello caballito de mar por un lado que
estás guapísima con ese!
A: Mari, hija, si lo llevo a saber no te llamo porque…
M: Y pá la batalla final, porque habrá una batalla final, eso es
así, pues ya te llevas el corsé este de los pinchos en la espalda ¡qué te hace
un “tipín” también que vamos!
Además, que por un lado impones
mucho. Que te viene a ti mú bien. Y por otro, te recoloca bien las vértebras
que eres tu mucho de problemas de espalda y no te me cuidas nada.
A: ¿Pero …?
M: Y ya, pá por la noche, te llevas una rebequita por si refresca.
A: Yo es que… voy a luchar y tal, … ¿sabes? …
M: Y que no se te olviden las GHD. Que tu eres de pelo tosco y con
la humedad de la mar pues ya me dirás.
A: Pero si enchufes allí …
M: Bueno guapa. Te voy a tener que dejar, ¡eh! Que me vuelven ahora
los chiquillos del colegio y me pillan sin almuerzo.
Venga, ¡a cuidarse!
sábado, 8 de febrero de 2014
Noticias que parecen bromita
El diario “El País” publica esta noticia en la que se
explica cómo los espías de la
Stasi, la (y cito textualmente del nombrado periódico) “temida
policía política del régimen comunista alemán” se disfrazaban para pasar
inadvertidos.
En primer lugar, con bigotito picarón, gafas tintadas y
discreto atuendo (compuesto por sombrero moscovita y abrigo confeccionado con
piel de osezno canadiense): El espía que mamó.
Una vez finalizada su labor en el gobierno alemán, y para no
desaprovechar sus conocimientos en el mundo del camuflaje y la vestimenta de
fantasía, nuestro hombre probó suerte en el mundo del diseño de disfraces.
Consiguió hacerse un hueco en el carnaval de Cádiz cuando el Yuyu, autor de la
chirigota “Los que se vinieron de
Leningrado”, confió en él para llevar a cabo el diseño de su tipo.
En segundo lugar,
pelazo cabellos de oro, las mismas gafas de antes y rebequita de “mi madre me
corta los filetes porque si no se me hacen bola”: Bejamin Button.
Lo desconcertante de
esta caracterización es que nadie sabe que, en realidad, está fingiendo ser un
niño de ocho años.
Por último, pero no menos inquietante: El “Guiri”.
En el pie de foto del prestigioso periódico podemos leer:
Era tal el grado de profesionalidad de estos espías, que cuando les pedían 15 euros por media ración de cazón en adobo y dos cervezas, apretaban el puño, se mordían el labio inferior, y los pagaban.
Quedan demostradas,
gracias a estos documentos gráficos, las incuestionables capacidades de sigilo,
disimulo y desapercibimiento de la "temida policía política del régimen
comunista alemán".
¿Quién hubiera
imaginado, jamás, que son la misma persona?
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/02/07/actualidad/1391788372_107438.html
domingo, 2 de febrero de 2014
jueves, 23 de enero de 2014
jueves, 2 de enero de 2014
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